lunes, 27 de mayo de 2013

La Segunda Oportunidad


De vez en cuando las historias tienen un final feliz.
Hace unas semanas llegó a la clínica veterinaria un gatito de tres meses que cargaba a sus espaldas con una historia difícil que le había robado una pata trasera y una familia que lo cuidara como merecía.
Pese a su pequeño tamaño era todo un luchador y consiguió salir adelante de la operación sin perder por un momento su carácter ronroneador y juguetón.
He de confesar que he andado preocupada todos estos dias por la incertidumbre sobre su futuro, pero hace una semana por fin encontró hogar en una buena familia que se desvive por él, lo cuida y lo mima como se merece.
Acostumbrada a ver y oír las barbaridades que cometen los humanos viene bien  que de vez en cuando me refresquen la memoria sobre su bondad, que también la hay, para poder seguir teniendo fé en esta raza.