EL LADO OSCURO DE LA PRIMAVERA
Han
pasado pocos días desde que empezó la
primavera. Sé que es una época llena de luz y colores donde los humanos están más contentos y se oye el trinar de los pájaros. Pero no os dejéis
engañar, no es todo tan bonito, la
primavera está llena de peligros que acechan en los sitios más insospechados.
Después
de una semana santa de lluvia, sol, lluvia, sol, mas lluvia y más sol, me
encuentro que , de repente, el campo donde paseo todos los días se ha
convertido en un mar de espigas.
Estas
aparentemente inofensivas malas hierbas son armas mortíferas diseñadas para
hacer daño. Dentro de poco, cuando el sol haga su trabajo, las espigas se
secarán y quedaran sueltas, preparadas para que pase cualquier animal y poder
clavarse en su pelo. He de admitir que el diseño, aunque puede parecer simple
es sumamente efectivo. Tienen una punta afilada en un extremo y un penacho de
pelillos en el otro, de forma que una vez clavadas, solo permiten el movimiento
hacia adelante , sin posibilidad de retroceso.
Aún
recuerdo cuando en mi primera primavera una de estas espigas se metió por mi
nariz mientras husmeaba en un matojo de hierbas (soy de natural curiosa y
olisqueadora). No tengo muy claro cómo
pasó, la cuestión es que empecé a estornudar haciendo vanos intentos por
sacarla de mi nariz, sin saber que con cada estornudo la espiga avanzaba aún más
en lugar de salir. No me enredaré en
contar el proceso por eso de evitar los malos recuerdos, pero lo resumiré diciendo
que me supuso una visita a la clínica veterinaria, una sedación y un buen rato
de hurgar con pinzas dentro de mi nariz.
Lo más
frecuente es que se metan en los oídos, produciendo otitis o incluso perforaciones
de tímpano, o se claven entre los dedos y produzcan dolorosos trayectos que se infectan dentro de la pata; pero también
sé de casos en que se han introducido en los ojos, vulva o incluso han
atravesado el esófago para acabar liándola dentro de la cavidad torácica o
abdominal. El caso es que pueden llegar a cualquier sitio que imaginéis.
Como más
vale prevenir que curar os recomiendo evitar cualquier zona donde aparezcan
estas hierbas, pero como eso no es siempre posible y a veces se camuflan entre
otras plantas, procurad que os revisen bien después de cada paseo. Un buen
cepillado y examen minucioso del pelo, oídos y patas puede evitaros muchos problemas. Además, si tenéis pelo largo estaría bien que os
plantearais una visita al peluquero y un look más de verano recortando
sobretodo la zona interna de las orejas y entre los dedos de pies y manos.
Y si
aun así, tomando precauciones tenéis la mala pata de clavaros una de estas
espigas me temo que la visita al
veterinario será obligatoria…
Y qué me dices de las garrapatasssss?? Empiezan a pulular por doquier!
ResponderEliminarTe quiero mucho Enid