jueves, 4 de abril de 2013

EL LADO OSCURO DE LA PRIMAVERA 

Han pasado pocos días desde que  empezó la primavera. Sé que es una época llena de luz y colores  donde los humanos están más contentos  y se oye el trinar de los pájaros. Pero no os dejéis engañar, no es todo tan bonito,  la primavera está llena de peligros que acechan en los sitios más insospechados.
Después de una semana santa de lluvia, sol, lluvia, sol, mas lluvia y más sol,   me encuentro que , de repente, el campo donde paseo todos los días se ha convertido en un mar de espigas.


Estas aparentemente inofensivas malas hierbas son armas mortíferas diseñadas para hacer daño. Dentro de poco, cuando el sol haga su trabajo, las espigas se secarán y quedaran sueltas, preparadas para que pase cualquier animal y poder clavarse en su pelo. He de admitir que el diseño, aunque puede parecer simple es sumamente efectivo. Tienen una punta afilada en un extremo y un penacho de pelillos en el otro, de forma que una vez clavadas, solo permiten el movimiento hacia adelante , sin posibilidad de retroceso.

Aún recuerdo cuando en mi primera primavera una de estas espigas se metió por mi nariz mientras husmeaba en un matojo de hierbas (soy de natural curiosa y olisqueadora).  No tengo muy claro cómo pasó, la cuestión es que empecé a estornudar haciendo vanos intentos por sacarla de mi nariz, sin saber que con cada estornudo la espiga avanzaba aún más en lugar de salir.  No me enredaré en contar el proceso por eso de evitar los malos recuerdos, pero lo resumiré diciendo que me supuso una visita a la clínica veterinaria, una sedación y un buen rato de hurgar con pinzas dentro de mi nariz.

Lo más frecuente es que se metan en los oídos, produciendo otitis o incluso perforaciones de tímpano, o se claven entre los dedos y produzcan dolorosos trayectos  que se infectan dentro de la pata; pero también sé de casos en que se han introducido en los ojos, vulva o incluso han atravesado el esófago para acabar liándola dentro de la cavidad torácica o abdominal. El caso es que pueden llegar a cualquier  sitio que imaginéis.

Como más vale prevenir que curar os recomiendo evitar cualquier zona donde aparezcan estas hierbas, pero como eso no es siempre posible y a veces se camuflan entre otras plantas, procurad que os revisen bien después de cada paseo. Un buen cepillado y examen minucioso del pelo, oídos y patas  puede evitaros muchos problemas.  Además, si tenéis pelo largo estaría bien que os plantearais una visita al peluquero y un look más de verano recortando sobretodo la zona interna de las orejas y entre los dedos de pies y manos.
Y si aun así, tomando precauciones tenéis la mala pata de clavaros una de estas espigas  me temo que la visita al veterinario será obligatoria…

1 comentario:

  1. Y qué me dices de las garrapatasssss?? Empiezan a pulular por doquier!
    Te quiero mucho Enid

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